La polémica Section 230: ¿tiene los días contados?

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La Section 230 de la Communications Act of 1934, promulgada como parte de la Communications Decency Act of 1996 (CDA), protege ampliamente a los proveedores de servicios en línea, como las plataformas de redes sociales, exonerándoles de ser considerados responsables por transmitir o retirar contenidos generados por los usuarios. En parte debido a esta amplia inmunidad, las plataformas de redes sociales y otros proveedores de contenidos en línea han operado en gran medida sin regulación externa, lo que ha dado lugar a una industria en su mayor parte autocontrolada (Liability for Content Hosts: An Overview of the Communication Decency Act’s Section 230).

Sin embargo, aunque la inmunidad creada por la Section 230 es muy relevante, no es absoluta. Los tribunales han resuelto que, si un proveedor de servicios “muestra pasivamente contenidos que son creado íntegramente por terceros”, se aplicará la inmunidad de la Sección 230; pero si el proveedor de servicios ayuda a desarrollar el contenido problemático, puede estar sujeto a responsabilidad.

Debate sobre la Section 230: inmunidad, límites y el impacto en la libertad de expresión

Sociedad civil, políticos y reguladores han cuestionado en los últimos años si la Section 230 va demasiado lejos en la inmunidad de los proveedores de servicios. En 2018, el Congreso estableció una nueva excepción a la Section 230 en la Ley de 2017 contra el tráfico sexual en línea (Trafficking Act de 2017, comúnmente conocida como FOSTA). Después de FOSTA, la inmunidad de la Section 230 no se aplicará para prohibir demandas que aleguen violaciones de ciertas normas de tráfico sexual (Free Speech and the Regulation of Social Media Content). Muchos han defendido que el Congreso debería reducir aún más la inmunidad de la Section 230, o incluso derogarla por completo. La lucha entre la prosperidad de internet y la libertad de expresión y la inmunidad de los proveedores de servicios y contenidos en línea está en la base del debate.

Jeff Kosseff expone en The Twenty-Six Words That Created the Internet la Section 230: “Ningún proveedor o usuario de un servicio informático interactivo será tratado como editor o altavoz de la información facilitada por otro proveedor de contenidos informativos”. Y lanza la pregunta: ¿Sabía que estas veintiséis palabras son responsables de gran parte de la multimillonaria industria en línea de Estados Unidos? Lo que podemos y no podemos escribir, decir y hacer en línea se basa en una sola norma: la que protege a los servicios en línea de demandas basadas en el contenido de los usuarios. El autor relata la génesis y posterior desarrollo y aplicación de la renombrada Section en su libro (casos Prodigy Services Co y CompuServe).

La Section 230 en la mira: consensos y discrepancias entre Trump y Biden

Contundentes opiniones contra la Section 230 emitió Donald Trump en 2020 cuando fue vencido en las elecciones presidenciales alegando la existencia del censorship cartel por parte de las plataformas de redes sociales a propósito de sus opiniones sobre el recuento del voto por correo. En ese mismo momento, el ejecutivo Biden también manifiesta su posición a favor de la modificación de la Section 230 por motivos diferentes, ya que aboga por revocar el liability shield de las grandes plataformas tecnológicas.

Actualmente, con Donald Trump de regreso en la casa Blanca, ya se ha hecho público que Brendan Carr será el próximo presidente de la United States Federal Communications Commission (FCC). Carr, en su cuenta de X publicó tras el anuncio: “We must dismantle the censorship cartel and restore free speech rights for everyday Americans”, de lo que se deduce su voluntad favorable a la modificación de la Section 230 por iguales razones que el presidente electo, Donald Trump.

Parece que la renombrada Section 230 en su formulación actual tiene los días contados.

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