Modelos de negocio en el sector legal y nuevas generaciones de abogados: Big Law, People Law y Clínicas jurídicas

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En un interesante trabajo publicado por Cambridge University Press, Legal Tech and The Future of Civil Justice, varios autores analizan la situación del mercado legal en el mundo anglosajón. De entre las conclusiones que se pueden encontrar en los distintos capítulos del libro, hay una incuestionable: Estados Unidos tiene el monopolio de abogados más sólidamente protegido del mundo (Benjamín H. Barton).

Según publica el autor el mercado de servicios legales de Estados Unidos es el más grande del mundo con  un superávit comercial sustancial en legal y es el mayor exportador mundial de servicios jurídicos. Los bufetes de abogados corporativos de Estados Unidos son los más grandes y rentables del mundo (The Future of American Legal Tech).

Y todo ello dentro de un sistema extremadamente regulado que según las reflexiones de Barton llevaría a conciliarse mal con una implantación rápida y eficaz de tecnología legal en determinados modelos de negocio existentes en el sector estadounidense.  En definitiva, entiende que las regulaciones concretas que se aplican a cada modelo de abogado y proveedor de servicios legales operan de manera muy diferente según el segmento de mercado. Así, entre los distintos modelos de abogados que clasifica Barton, Big, Law, People Law y Asistencia Legal gratuita, los marcos regulatorios serían muy diferentes.

La exigencia regulatoria es menor en la cúspide de la pirámide por tanto para los Big Law o grandes bufetes, acrece en un grado intermedio por lo que hace referencia a la Asistencia Legal gratuita prestada por los servicios civiles del Estado y se incrementa para los People Law, o abogados de personas y de pequeñas y medianas empresas.

No es de extrañar, por tanto, la evolución hacia nuevas formas de prestación de servicios y la apertura del mercado legal a “no abogados” que va experimentando Estados Unidos, con los casos de Utah, Arizona California,  etc… Todas estas reformas vienen inspiradas por la necesidad de mejorar el acceso a la justicia: cuestión importante para la Asistencia gratuita y para los People Law y mucho más lejana para los Big Law.

Y la conclusión de Barton es que los menos oprimidos por la regulación, Big Law y Asistencia Legal gratuita, son los que han incorporado mayor tecnología en la prestación de sus servicios, si bien por motivos muy diferentes. Los Big Law tienen un músculo financiero que les permite innovar y avanzar tecnológicamente a gran velocidad y la Asistencia Legal gratuita a través de las clínicas jurídicas se vale cada día más de los recursos tecnológicos a su alcance para promover el acceso a la justicia (programas estatales de subvenciones tecnológicas). Dice Barton que en Estados Unidos “los ejemplos más claros tienden a ocurrir en el extremo superior y el extremo inferior”.

Pero, además, estos dos modelos de prestación de servicio legal tienen cada vez más algo en común: la generación Z de abogados.

Según la encuesta Gen Z: Now Influencing Today’s Law Firm Culture realizada por Major, Lindsey & Africa, de la que se han hecho eco numerosos medios internacionales del sector legal, parece que la tendencia es la pérdida de atractivo de los Big Law para estos jóvenes. El 53% de los 250 talentosos jóvenes encuestados (top 100 Law School)  señaló que a largo plazo preferiría trabajar en un departamento interno, en el gobierno o en una organización sin fines de lucro. Los encuestados son mayoritariamente de nacionalidad estadounidense.

Los grandes titulares de la encuesta son que a los jóvenes abogados Z les preocupa:

–  Una buena política de trabajo en remoto.

–  Iniciativas sólidas de salud mental.

–  Flexibilidad horaria en el lugar de trabajo.

A esta generación le preocupa trabajar por una sociedad mejor y con ello conseguir que su trabajo esté alineado con su ética personal.

No se sienten tan atraídos por tener una carrera exitosa a largo plazo en un Big Law, como ocurría con otras generaciones, según los resultados publicados. Un buen fundamento para que los Big Law potencien su departamento de Pro Bono.


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