“Metahipotecas” o “Hipotecas en el Metaverso”: los nuevos préstamos en la realidad virtual

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Atrás quedan los tiempos de escepticismo ante Blockchain y sus aplicaciones de uso mediante la tokenización en todas sus modalidades. Buena prueba de ello son los NFTs y desde luego el llamado Metaverso. Ya no hay escepticismo o, si lo hay, es cada vez menor debido a la velocidad con la que esta nueva realidad virtual avanza arrastrando al mundo económico, empresarial y jurídico.

Los retos y ajustes no cesan y es preciso adaptarse sin demora. O te subes al universo Metaverso o te quedas fuera de algo que parece importante en términos económicos, pero que está en construcción y necesita de límites y contornos éticos y jurídicos bien definidos. De lo contrario, emergerá un mundo sin reglas paralelo al mundo real cargado de reglas y límites, como no puede ser de otro modo, para generar seguridad y confianza, jurídica y económica.

Si en un primer momento el Metaverso -los metaversos- pareció sorprender por el interés suscitado en adquirir a precio exorbitado terrenos virtuales en plataformas como Decentraland y Sandbox, lo cierto es que actualmente esa primera percepción ha pasado a ser visualizada como una inversión, incluso como una buena inversión. Consecuencia de lo anterior es la creciente demanda por comprar propiedades raíces en esa realidad virtual, que valen su precio en oro virtual -tokens-, así como la incipiente aparición de fórmulas de financiación para estas adquisiciones.

De entre esas fórmulas de financiación aparecen las llamadas “hipotecas del metaverso”, que dejando a un lado su calificación jurídica, no se puede negar que es un ingenioso intento de no perder cuota de mercado financiero en la realidad virtual que se avecina.

De hecho, la empresa canadiense TerraZero Technologies, con sede en Vancouver, ya ha constituido la primera “metahipoteca”. Efectivamente, la empresa de tecnología ha constituido la hipoteca a dos años, con un pago inicial y una tasa de interés no conocidos, por la adquisición de una parcela de tierra de $45.000 en Decentraland (Ethereum). La firma siguió un proceso tradicional de investigación económica de hipotecas de bienes raíces, autofinanció la compra y posee el NFT, o token no fungible para titularizar la tierra hipotecada. Toda la información sobre la operación puede conocerse por las declaraciones del CEO de TerraZero, Dan Reitzik (National Mortgage News).

La empresa tecnológica publicita sus ofertas para conceder “hipotecas metaverso” con el eslogan “poseer un pedazo del futuro”.

La oferta incluye la posibilidad de invertir en diversas plataformas virtuales y con muy distintos fines: propiedades, oficinas, espacios para eventos artísticos y musicales, etc. Se podría decir que cubre todas las posibilidades de financiación de la entrada en el Metaverso que se elija.

Más allá de la valoración de la iniciativa como pionera y visionaria del negocio que la nueva realidad virtual ofrece, son muchas las cuestiones jurídicas que subyacen en estos acuerdos de financiación. Desde luego, no se trataría de una garantía real inmobiliaria -hipoteca-, tal y como la entendemos actualmente, porque no tiene por objeto un bien inmueble. Son préstamos para financiar la adquisición de unos bienes raíces virtuales.

En cualquier caso, esta nueva realidad nos lleva a tener que construir figuras jurídicas que puedan atender a las necesidades de negocio e inversión que demanda el mercado, si bien estamos lejos de considerar que exista confianza y seguridad en el Metaverso. Probablemente las entidades bancarias estén interesadas en ofertar sus productos crediticios para invertir en el Metaverso, pero son muchas las dudas sobre cuestiones no resueltas: volatilidad de las criptomonedas, excesiva especulación, naturaleza jurídica del token NFT, ejecución de garantías en blockchain, etc.

La aventura no acaba más que empezar y parece que a gran velocidad. La presencia de expertos juristas en estas cuestiones es imprescindible no sólo para ayudar a crear un marco regulatorio claro y preciso, que probablemente pase por la creación de nuevas figuras jurídicas, sino también para dotar de seguridad a la contratación privada mientras que el regulador termina de definirlo.

En cualquier caso, el “Metaverso” no para y parece que está absorbiendo a inversores “inmobiliarios” millonarios y en consecuencia está acaparando la economía digital. El analista de tecnología de Goldman Sachs, Eric Sheridan, estima que con “aproximadamente el 33 % de la economía digital cambiando al metaverso y una expansión del mercado del 25 %, llegamos a una oportunidad de $12,5 billones” (Forbes).

Y al mismo tiempo, los no tan millonarios buscan financiación para no quedar fuera del negocio y “poseer una parte del futuro”. No tardaremos mucho en conocer las cifras de productos financieros que se ofertan para entrar en el Metaverso.


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