Si todavía no conoces el concepto de Non Fungible Token (NFT) estás fuera del mundo. Algo que en un principio parecía un esnobismo por parte de algunos, está pasando a ser considerado como una nueva forma de inversión que puede llegar a generar enormes beneficios económicos. Se hace difícil en la actualidad, por tanto, no entender y manejar este concepto en el mundo profesional económico y legal.
Los NFTs se definen de manera simple como una categoría de token criptográfico, codificado en una cadena de bloques, que representa algo único, siendo por tanto irremplazable. Estas cualidades han convertido a los NFTs en un destino muy atrayente para coleccionistas de arte que ha llevado a que se paguen sumas millonarias por obras virtuales únicas. Pero no es ese el único destino de los NFTs.
Destacamos 5 tipos de este modelo/uso de token, en una aproximación somera:
- El desarrollo de NFTs ha permitido que emerja el cripto arte, así como que reviva el mercado de los coleccionables digitales referidos tanto a una pieza de arte como de serie. Se podría decir que actualmente estos dos casos de uso son los más desarrollados ya que por sus propias características los NFTs son el modelo idóneo para este sector: erradicar falsificaciones y revalorizar por la singularidad del token (obra virtual única o coleccionables digitales).
- La explosión de los NFTs en el mundo de la música ha venido por dos vías, por un lado, la venta digitalizada de pistas (como si fuera un vinilo exclusivo de la era analógica) o merchandising digital, y por otro, la apertura a la democratización de la financiación de las campañas musicales. Junto con los NFTs y la descentralización a través de la tecnología blockchain, el modelo de financiación con aportaciones de los propios fans puede impulsar un cambio radical en la forma de creación y financiación de la música, sin intermediarios en la promoción.
- NFTs como «proof of ownership» o certificados de titularidad. El NFT demuestra que eres dueño de algo, y ese algo puede ser cualquier cosa del mundo, real o digital. Esta característica convierte a los NFTs en un instrumento idóneo para la trazabilidad y logística de algo que además es exclusivo y único. En consecuencia, esta característica permite autentificar, por ejemplo, entradas a eventos deportivos o acontecimientos muy exclusivos.
- Las posibilidades cada vez más amplias (¿?) de triunfo de los NFTs en el ámbito de los video juegos, puesto que, proliferan los accesorios que los jugadores pueden adquirir habiéndose generado un ecosistema de micro transacciones que asciende a miles de millones de dólares en la actualidad. Sin embargo, este mundo gaming tradicional tan arraigado en la sociedad actualmente parece que se resiste a la incorporación de criptomonedas, tecnología Blockchain y NFTs en el ecosistema imperante, en el que prima la diversión y no la especulación. De momento.
- Utility NFTs, entendidos como una subcategoría dentro de los NFT que se caracterizan porque son usados de manera continua, ya que son adquiridos para proporcionar una utilidad más allá de ser almacenados o coleccionados. Las utilidades son múltiples, desde asistir a un concierto digital de un cantante famoso e interactuar con la comunidad de fans, hasta votar sobre decisiones importantes de una marca.
Este universo token lógicamente se ha relacionado o enlazado con el metaverso (“ese pretendido”) de manera inmediata. Metaversos como mundos virtuales paralelos ya existen para algunos, aunque en puridad el metaversos no es un video juego, es mucho más. Ahora bien, se conoce como metaverso por ejemplo a Decentraland, una plataforma de Ethereum de realidad virtual 3D descentralizada que consta de 90.601 parcelas de tierra siendo los bienes virtuales utilizados NFTs que se pueden comprar con la criptomoneda MANA.
En definitiva, NFT es un paquete de información o datos almacenados en la cadena de bloques y Decentraland con su token LAND permite a sus usuarios acceder a los lotes de tierra o parcelas digitales. Y no solo eso, sino que también les permite realizar negocios dentro del metaverso, pudiendo ir desde la construcción de edificios y alquiler de sus propiedades digitales hasta la organización de fiestas y eventos.
Y cada vez más, tenemos noticia de que empresas y servicios están presentes en esa idea de metaverso con sus NFTs, desde la casa de subastas británica Sotheby´s hasta el Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior de Barbados que firmó un acuerdo el domingo con Decentraland (CoinDesk) para el establecimiento de una embajada digital que le llevaría a convertirse en el primer país del mundo en reconocer la tierra soberana digital.
A la vista de este aumento creciente del mercado NFTs surgen consideraciones de todo tipo, que van desde aquellos que temen por la posible burbuja especulativa (Julian Pipolo, NFTs And The Law: What Do I Really Own?) y consiguientes pérdidas económicas, hasta aquellos que consideran que la mayoría de NFTs no valen nada ( Matthieu Nadini, Laura Alessandretti, Flavio Di Giacinto, Mauro Martino, Luca Maria Aiello, Andrea Baronchelli, Mapping the NFT revolution: market trends, trade networks and visual features) después de analizar datos sobre 6,1 millones de transacciones de 4,7 millones de NFTs entre el 23 de junio de 2017 y el 27 de abril de 2021, obtenidos principalmente de las cadenas de bloques Ethereum y WAX.
Y en cuanto a su regulación, la Comisión de Servicios Financieros de Corea del Sur (FSC) acaba de anunciar que no regulará los NFTs porque no tienen la consideración de activos digitales fundamentando su decisión en el hecho de que no son intercambiables y, por tanto, se utilizan más como objetos de colección y no como métodos de pago. La reacción inmediata a la decisión no se ha hecho esperar levantando los miedos hacia al más que probable blanqueo de dinero a través de NFTs y esto en un país en el que en 2022 empieza la tributación por criptoactivos.
Pero el mercado de NFTs va en aumento y los problemas jurídicos subyacentes crecen a la par. Y es que da la impresión de que empiezan a emerger inversores que están atraídos por las pretendidas propiedades digitales -de igual o de mayor manera que por las propiedades reales- acreditadas mediante ese certificado de titularidad y autenticidad. Y habrá que empezar a definir su marco regulatorio. Un buen repaso por los problemas legales que plantean ya se ha realizado por algunos (John Salmon, Non-fungible tokens: NFTs and the silence of the EU legislator) ante la pasividad/parsimonia actual de la UE.
Para empezar, habría que determinar la naturaleza jurídica de los NFTs, porque, para empezar, habría que definir quien tiene la propiedad sobre “esto que sea jurídicamente” un NFT.
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