Hace un año conocíamos la noticia de que la International Bar Association (IBA) se ha embarcado en un proyecto global destinado a abordar el tema del bienestar mental de los profesionales del derecho en todo el mundo. Para liderar este trabajo, el presidente de la IBA, Horacio Bernardes Neto, convocó al Grupo de Trabajo de Bienestar de la IBA, dirigido por funcionarios de la Comisión de Asuntos de Abogados de la IBA, con la asistencia de la Unidad de Investigación y Política Legal de la institución.
En el grupo de trabajo aparecen dos españoles: Manel Atserias y Tomás García.
La fase inicial clave del proyecto consistió en dos encuestas globales: una para abogados individuales (3.256 encuestas completadas), otra para bufetes de abogados (186 encuestas completadas) y, por último, instituciones legales, incluidos colegios de abogados, sociedades de abogados y departamentos legales internos. Una vez procesadas y analizadas las respuestas, los resultados probablemente no sorprenden dentro del sector.
Los problemas relacionados con la carga de trabajo aparecen como los más importantes a lo largo de la carrera de los encuestados, mientras que las preocupaciones sobre el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada, así como los problemas de salud física y mental tienen un impacto desproporcionado entre los abogados jóvenes.
El acoso y la intimidación son los factores que más influyen negativamente en el bienestar de los encuestados, seguidos de las presiones de tiempo poco realistas, la exigencia de alcanzar objetivos y la imposibilidad de tomarse descansos.
Sin lugar a dudas, son datos poco alentadores que ponen de manifiesto un problema en el sector que requerirá no sólo atención sino propuestas de actuación para combatirlo.
Otra encuesta reveladora es la realizada por The Corporate Law Academy (TCLA), Mental Health In The Legal Profession Survey 2021, de la que se deriva un dato alarmante referido a los jóvenes abogados del Reino Unido, ya que el 84% de los jóvenes aspirantes a ejercer en un despacho de abogados tienen serias dudas acerca de su capacidad para gestionar los niveles de estrés durante su contrato de capacitación. En este caso, se trata de una percepción hacia futuro, pero no de un estrés realmente constatado. Ahora bien, es importante el dato puesto que la motivación intrínseca del joven aspirante a abogado no debería empañarse por cuestiones extrínsecas que puedan generar niveles de angustia injustificados.
Por lo que se refiere a los abogados españoles, el Estudio sobre la Salud y el Bienestar de la Abogacía Española 2019 de Lefebvre y el Instituto de Salud Mental de la Abogacía (ISMA), aportaba datos tales como que el 80% de los abogados sufre estrés y duerme menos de 6 horas.
En definitiva, no se necesitan más datos para entender que el nivel de estrés en el sector legal es elevado, al igual que lo es en otros muchos sectores, como por ejemplo el financiero. La idea arraigada culturalmente en el sector de que dar más espacio a la vida personal resta productividad en la vida profesional tendría que analizarse con mayor profundidad.
La utilización de herramientas informáticas que permiten visualizar y gestionar las cargas de trabajo de los abogados jóvenes es una medida implantada con éxito en las firmas legales que, sin duda, dará sus beneficios en este ámbito a medida que su implementación y uso se vaya perfeccionando.
La selección de la tecnología para la mejora en agilidad y eficiencia en los procesos ayuda en el camino hacia la erradicación de trabajo repetitivo, y esta elección es importante porque de ella dependerá, en gran medida, la reducción de los niveles de estrés. Pero todo esto no será suficiente si no se adoptan soluciones más humanas para combatir este cansancio emocional de los jóvenes profesionales.
Los responsables de equipos junior asumen el rol de líderes en este asunto no menor, y probablemente su perfil requiere:
- Definir los estándares de esfuerzo emocional requeridos para desempeñar correctamente el trabajo.
- Detectar focos críticos de niveles de estrés en departamentos y unidades.
- Buscar espacios de encuentro periódicos que permitan testar el nivel de estrés o cansancio emocional y detectar si es superior al estándar definido.
- Idear y protocolizar un canal de comunicación “oficial” y transparente.
- En caso de nivel de estrés superior al estándar definido, explorar soluciones para ajustar la carga de trabajo.
- Incluir un ítem en la evaluación del desempeño relativo al nivel de estrés.
La atracción y retención de talento va a depender de las medidas tecnológicas y humanas que se adopten para mitigar los niveles de estrés actuales, máxime después de la pandemia covid-19. Pero parece que la vuelta al trabajo presencial es una cuestión que se está llevando a cabo con una cierta seriedad y preocupación por el bienestar de los profesionales.
Es un buen momento para trabajar en la salud mental y bienestar emocional de los jóvenes abogados dentro de las firmas legales porque existe margen de mejora como hemos comprobado con datos objetivos. No hay tiempo que perder.
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