La subasta hace unos días de una obra digital por parte de la afamada Christie’s, ha introducido en el mundo artístico el concepto de Non -Fungible Tokens (NFTs).
Efectivamente, el artista norteamericano, Mike Winkelmann, que es conocido por todos como Beeple, consiguió que su obra digital ‘Everydays: The First 5000 Days’ se subastara por 69 millones de dólares. La obra, que aparece como un collage de 5.000 imágenes creadas cada día durante 13 años, es una de las obras de arte más millonarias de un artista en vida en la historia de Christie’s.
Sin lugar a dudas, un hito, si se tiene en cuenta además que la prestigiosa casa de subastas, fundada en 1776 en Londres, admitió el pago mediante Ether (blockchain Ethereum). La obra digital va acompañada de su NFT, token no fungible, que permite a coleccionistas y artistas verificar la propiedad legítima, así como la autenticidad con la firma infalsificable del artista. En definitiva, “medio de prueba” de la autenticidad y la propiedad en el universo digital.
NFTs o tokens no fungibles
¿Qué son? Son un tipo de token criptográfico de una blockchain que representa un activo único. Estos pueden ser activos completamente digitales o versiones tokenizadas de activos del mundo real.
La gran particularidad de estos tokens es que incorporan un identificador, de tal manera que cada unidad de convierte en única. Por tanto, como características de los NFTs se pueden destacar:
- No fungibilidad, al no ser intercambiables por su carácter único (a diferencia de las criptodivisas).
- Perpetuidad: los datos de un NFT se almacenan en la blockchain mediante un Smart Contract, esto impide que puedan destruirse.
- Verificación: la blockchain permite verificar el completo historial de transmisiones de un NFT, acreditando la propiedad actual, así como la sucesiva cadena de transmisiones hasta el origen, que sería el creador original.
- Colección: este tipo de token pueden ser utilizados por aplicaciones descentralizadas (DApps) en la emisión de artículos digitales únicos y criptocoleccionables.
A la vista de todas estas características no es de extrañar que empiece a hablarse de revolución en el mundo del arte, no sólo por las aplicaciones de blockchain en tema de certificación y acreditación de autenticidad, sino también por el nuevo concepto de arte que implican las obras digitales y por las inmensas posibilidades de coleccionismo (con el enorme valor económico ínsito en el mismo) que los NFTs representan.
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