En época de confinamiento, época de solidaridad y heroísmo por parte de todos, despuntan los intentos por reanudar la marcha económica de los países paralizados durante muchas semanas. Excesivas semanas para algunos en términos patrimoniales.
Uno de estos intentos es el llamado “pasaporte serológico” según denominación utilizada por los profesores Josefa Cantero e Ildefonso Hernández en su trabajo. Se trataría de un documento o código en el que pueda acreditarse que su titular es aparentemente inmune a los efectos de la COVID-19 al tratarse de persona que ya ha pasado la enfermedad.
Al margen del debate y las incertidumbres médicas sobre la inmunidad, o no, de los enfermos curados después de su infección por el coronavirus, manifestadas ya por la OMS, la reflexión se centraría en los límites jurídicos a la utilización de dicho código.
Como ya han señalado los citados profesores, podría aparecer una violación de derechos fundamentales de los ciudadanos. El primero de ellos sería el ataque a la intimidad al desvelarse datos personales sensibles como lo son los datos médicos, pero también sin duda el derecho a la libertad personal y de circulación.
Las propuestas hasta el momento se basan en el uso de tecnología blockchain para generar estos códigos y se dirigen a varios sectores:
Sector deportes
En este ámbito, la iniciativa parte de una compañía tecnológica hacia los clubs de fútbol con la finalidad de propiciar que los aficionados y socios puedan acudir físicamente a los campos y presenciar la competición. Esto sería posible si portan un código que acredite su situación médica o lo que es lo mismo, su hipotética inmunidad a la enfermedad. La fórmula pensada por la tecnológica Socios.com se asienta en una blockchain con información inmutable y compartida. En el supuesto de que la situación médica del titular se modificara (nuevo contagio) podría así mismo, reflejarse en el código.
¿Pueden los clubs de futbol exigir un “pasaporte serológico” a sus socios como medida necesaria para pisar físicamente sus instalaciones los días de competición? Además del derecho a la intimidad mencionado, cabría plantearse si se estaría atacando el principio de igualdad y generando una discriminación entre socios.
Sector viajes y turismo
En este caso, la iniciativa o sugerencia proviene del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) en un intento de reactivar económicamente este sector tan afectado por la COVID-19. Para ello, se propone, así mismo, un pasaporte sanitario que sirva de salvoconducto para subir a un avión o para alojarse en un hotel de manera segura para los restantes viajeros o clientes.
Las preguntas en este caso serían las mismas: ¿Dónde queda la libertad personal?
Es verdad, que los controles a la hora de viajar son cada vez mayores apelando a la seguridad de los ciudadanos y los estados. Es habitual el sentimiento de invasión en su integridad por parte de aquellos en el momento de pasar los innumerables obstáculos hasta subir al avión. Se añadiría en este tema, además, un código de identificación como “inmune” y por tanto, persona segura para viajar.
Muchos interrogantes en un tema que debe tener como eje central la voluntad de la persona y, siempre sobre esa base, resolver la posible colisión entre derechos fundamentales.
Suscríbete a nuestro newsletter aquí.
