El día a día de los abogados de empresa, sobre todo aquellos que se encuentran en posiciones directivas y son responsables de equipos (tanto grandes como pequeños), cada vez está más orientado hacia cuestiones estratégicas que poco tienen que ver con la labor tradicional de asesoramiento jurídico que solían desempeñar.
Estamos viendo cómo crece el número de empresas que exigen a sus abogados, que se alinean con los objetivos empresariales del negocio, que midan su rendimiento a través de KPIs (key performance indicators) y que desarrollen un plan de innovación que incorpore las eficiencias derivadas del uso de herramientas legal tech.
¿Por dónde empezar? Es fundamental saber que sin el diseño de una estrategia clara y un plan de acción es muy fácil perderse, consumir el presupuesto asignado y cosechar escasos resultados. La innovación en el ámbito legal implica una redefinición del concepto de servicios jurídicos, un cambio cultural de los abogados que participan en la prestación de estos servicios y un cambio de procesos, con o sin la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas.
Por este motivo, plantearse las preguntas adecuadas al inicio del proceso de cambio, aumenta de forma significativa las posibilidades de éxito de los abogados que van a enfrentarse al reto de cambiar inercias bien arraigadas.
Empieza por aquí:
1.- Analiza y mapea el trabajo que está desarrollando tu equipo actualmente. Pregúntate: ¿Estáis tú y tu equipo haciendo tareas que no debería desarrollar el departamento jurídico de la empresa? ¿Estáis focalizando vuestros esfuerzos en aspectos no estratégicos o de poco valor en detrimento de otros aspectos de mayor valor para el negocio?
2.- Amplía tu perspectiva. Distánciate de la inercia. Atrévete a crear una visión de lo que debería ser, sin las limitaciones de lo que es a día de hoy. Pregúntate: ¿Dónde deberías poner el foco? ¿Qué es lo que deberíamos estar haciendo como departamento jurídico de empresa que no estamos haciendo? Estas preguntas invitan a un proceso de internalización. Se trata de alinear el core del negocio con el core de las actividades que desarrolla la asesoría para que ambos caminen de la mano. El efecto secundario de este proceso, es que los miembros de la asesoría jurídica ampliarán sus capacidades y expertise en aquellos aspectos que son esenciales para el negocio.
3.- Introduce elementos legal tech. Adopta procedimientos innovadores que funcionan en otras áreas de tu empresa. Pregúntate: ¿Qué procesos de nuestro departamento son susceptibles de automatización? ¿Estamos realizando procesos de forma excesivamente “manual” que podrían simplificarse con herramientas de gestión de procesos?
Estas preguntas son solo el principio de un camino apasionante y lleno de retos. La idea es que tengas un mapa sencillo y accesible para encender tu imaginación de una forma orientada. Se trata de establecer el foco en el desarrollo de un plan estratégico y la implementación de acciones concretas para generar impactos tangibles y duraderos en el tiempo.
Nota: agradecimiento a Gloria Sánchez (Legal Group Vice-President y Head of Transformation de la Asesoría Jurídica de Banco Santander) por su inspiradora experiencia.
Suscríbete a nuestro newsletter aquí.