Finlandia se ha convertido en uno de los diez países más innovadores del mundo. Referentes en cómo utilizar la tecnología para avanzar como sociedad, se centran en una política educativa de aprendizaje continuo.
Los finlandeses han entendido que la tecnología puede ser fundamental para transformar la sociedad en su conjunto, dejando a un lado las individualidades. Con tan solo 5 millones de habitantes, llevan años planificando la llegada de la tecnología a sus instituciones.
El primer gran paso fue la creación de un plan de acción nacional basado en cuatro pilares: “Lifelong Learning” (aprendizaje a lo largo de la vida), la implementación de un sistema nacional de innovación, el incremento de la inversión en I+D y, por último, ser considerados un laboratorio de aplicaciones de la sociedad de la información/conocimiento.
El éxito fue rotundo y Finlandia supo beneficiarse de la globalización, el desarrollo del aspecto humano en una sociedad tecnológica y la implementación de la innovación en materias de gobierno y vida.
La educación continua como pilar de la sociedad
Uno de los ejemplos más claros fue la revolución de la educación a distancia. El gobierno apoyó la creación de material institucional, software y hardware para mejorar el sistema educativo.
El apoyo gubernamental fue importante pero no decisivo; los profesores necesitaban mejoras para impartir su materia. Por ello, comenzaron una elevada producción de material de estudio y desarrollaron nuevas herramientas electrónicas. Así, permitieron a los profesores disponer de distintas alternativas educativas; mejorando tanto en cantidad como en calidad.
Pero no solo eso, el gobierno también implementó un sistema de aprendizaje conjunto entre las empresas del sector de la innovación que prestaban servicios al sector educativo. Es decir, el plan nacional se utilizó en todos los ámbitos relacionados con la educación para asegurar su éxito. Este último paso dio como resultado la creación de una educación flexible, de cursos de desarrollo, de universidades virtuales, de nuevos negocios y de servicios de aprendizaje.
El siguiente paso: la inteligencia artificial
Una vez sentadas las bases en el sector educativo, el paso definitivo de Finlandia está en la inteligencia artificial. El proyecto, que puede parecer simple de inicio, consiste en educar a su población (de nuevo) sobre inteligencia artificial.
Lo hace, además, con un curso gratuito online -tras conseguir cambiar la mentalidad tecnológica a nivel educativo- que busca llegar al 1% de la población (55.000 personas). El curso está elaborado para personas sin conocimientos previos de inteligencia artificial con el objetivo de enseñar a estudiantes sin la necesidad de convertirlos en desarrolladores.
Este curso está estrictamente relacionado con el último estudio presentado por Finlandia en la Unión Europea sobre una posible estrategia de IA. El plan estipula que alrededor de 1 millón de sus ciudadanos deberán aprender habilidades de inteligencia artificial en el futuro y, por lo tanto, lo consideran una prioridad.
Una vez más, el gobierno finlandés aboga por educar a su población de cara al futuro.
Finlandia ha entendido que la innovación es un proceso conjunto. La sociedad debe cambiar de la mano de la tecnología y hacerlo en todos sus ámbitos. Si hacemos la guerra por nuestra cuenta, lo más posible es que fracasemos. El foco de atención debe estar en la colaboración para lograr el desarrollo. Y, para ello, la estrategia del país báltico es educar a su población ante los retos del futuro.
¿Ahora entienden por qué Finlandia está entre los diez países más innovadores del mundo?
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