El debate acerca de la necesidad de que el avance tecnológico vaya acompasado con el fundamento ético, parece que encuentra un respiro ante el uso de la tecnología con importantes fines sociales. El miedo, o si se prefiere, la inquietud con la que los humanos miramos al avance tecnológico, se desvanece y aporta a la sociedad una dosis de tranquilidad, ante casos como los que cada día más, aparecen en las sociedades menos favorecidas económicamente en relación a la utilización de la inteligencia artificial.
Es la llamada Tecnología al servicio de la sociedad (tecnología social), pero en esencia. Esto es, no persiguiendo la obtención de negocio, ni la simplificación de labores autómatas. Se trata por el contrario de lograr que los derechos humanos más esenciales sean respetados y reconocidos porque el avance tecnológico lo ha hecho posible.
En noviembre de 2013, el tifón Haiyan devastó Filipinas. Más de 6.000 personas perdieron la vida y casi dos millones se vieron obligadas a salir de sus casas y desplazarse a otro lugar. Patrick Meier, director de innovación social del Qatar Computing Research Institute, se encontraba en Manila apoyando la labor humanitaria de Naciones Unidas. En ese momento se percató de que los vehículos aéreos no tripulados (drones) de distintas organizaciones estaban proporcionando imágenes con mayor celeridad y menor coste económico que los satélites, que se demoraban hasta 60 horas. A consecuencia de ello, Meier decidió fundar UAViators con la finalidad de crear una base de datos colaborativa y global de todas las aeronaves no tripuladas (drones) que se utilizan con fines humanitarios.
En marzo de 2016, el Gobierno ruandés firmó un acuerdo con Zipline Inc, para construir infraestructuras que garantizaran el transporte logístico eficiente de suministros médicos por medio de drones. El 14 de octubre de 2016 tuvo lugar el primer suministro médico por medio de un dron en Muhanga (50 km al Oeste de Kigali, la capital). Desde entonces, se han realizado más de 2.000 entregas de medicamentos que han salvado vidas. En 2018 se inicia el proyecto de abrir una nueva base para dar servicio a la otra mitad del país. Cuando toda la operación esté desplegada, este servicio se prestará en 21 clínicas (Fuente: Juan A. Mora Tebas Ieee.es).
En diciembre de 2018, UNICEF firma un contrato con el Ministerio de Salud de Vanuatu para usar drones con el propósito de entregar vacunas. Los drones son propiedad de una compañía australiana llamada Swoop Aero, quien se encarga de operarlos bajo las indicaciones de UNICEF y el gobierno de Vanuatu. Vanuatu es un país ubicado en el Pacifico Sur y está formado por 80 islas montañosas y caminos de muy difícil acceso. A consecuencia de lo anterior, entregar vacunas en este país se convertía en una labor extremadamente complicada y tenía como consecuencia que actualmente uno de cada cinco niños no recibiera las vacunas necesarias.
En mayo de 2019, en Ghana se ha aprobado la incorporación de drones al sistema público sanitario para realizar envíos de medicinas y sangre a todo el país (ya en el año 2015 el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), utilizó el llamado Dr. One, como prueba piloto desde el Hospital de Distrito en Sandema -lindante con Burkina Faso, con el objetivo de entregar anticonceptivos a mujeres que vivían en zonas rurales recónditas de Ghana). Este nuevo sistema coloca a Ghana, como el primer país del mundo en utilizar la mayor red de envío de medicamentos mediante drones, según ha señalado el doctor Anthony Nsiah-Asare, director general del Servicio de Salud de Ghana a varios medios de comunicación.
Que un país como Ghana haya saltado a los medios de comunicación de todo el mundo por la utilización de la tecnología social, implica dos cosas:
- El avance tecnológico promueve el bienestar social universal.
- El avance tecnológico va a destacar al país o estado que mejor lo utilice (África ha sido un ejemplo para todos).
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